El Girona FC ha caído este miércoles contra el Feyenoord (2-3) en Montilivi en un partido loco, el primero de los 'gironins' en la Liga de Campeones ante su afición, en el que la mala suerte se cebó con el equipo de Míchel, con dos autogoles y un penalti fallado y tantas imprecisiones que dieron alas a unos neerlandeses que se llevaron el triunfo casi sin quererlo, si bien es cierto que durante unos minutos crearon mucho peligro.
Lo cierto es que el choque contra los neerlandeses fue un cúmulo de desgracias para el Girona. Dos goles en propia puerta, regalos constantes en defensa, un penalti fallado... La tarde (noche) en Montilivi no estaba yendo nada bien y el ucraniano le puso la puntilla con una lesión que complica aún más si cabe el presente de un equipo que antes del parón de selecciones debe enfrentarse en liga al Athletic Club.